CABO KENNEDY, Estados Unidos.- La sonda "Mars Science Laboratory", lanzada hace unos días con destino a Marte, depositará al robot todoterreno "Curiosity" cerca del ecuador del planeta, al norte del cráter Gale. El lugar fue seleccionado tras un proceso que duró cinco años e involucró a 150 investigadores.
El rover "Curiosity" buscará indicios de vida en Marte, tras un viaje de 254 días y de más de 570 millones de kilómetros. La zona prevista para el aterrizaje es una amplia llanura en el norte del cráter. En su entorno, zonas ricas en sulfatos, que estuvieron en contacto con el agua en el pasado, parecen lugares interesantes en los que buscar signos de vida.
Según consignó el diario español "El Mundo", el cráter Gale contiene las gruesas secciones de roca estratificada que permiten estudiar cómo las condiciones de Marte han ido cambiando, en particular por los efectos del agua, a lo largo de la historia del planeta.
La selección se anunció el 22 de Julio de 2011 tras un congreso final, los análisis detallados de los equipos científicos y técnicos del Proyecto, y la aprobación definitiva de las autoridades de la NASA.
Con un diámetro de 154 kilómetros, Gale alberga en su región central una impresionante montaña que se eleva más de 5.000 metros sobre el fondo del cráter.
El cráter se formó tras el impacto de un meteorito hace unos 3.700 millones de años. Tras el impacto, la región posiblemente estuvo inundada con agua y, con el tiempo, se formaron una serie de capas de sedimentación. La erosión de estas capas pudo eliminar gran parte del material sedimentado, pero dejó el material que forma la montaña que se encuentra en la región central.
Expuestas a la vista del Curiosity quedan las secciones de numerosas capas de sedimentación que permiten estudiar la historia geológica de la región. Varios cráteres menores y más recientes son también visibles superpuestos al principal.
"Curiosity" , el alma de la misión, es un todoterreno 6x6 que va equipado con instrumentos para observar y analizar todo lo que esté a su alcance. El vehículo, de tres metros de longitud y un peso de 900 kilos, lleva una cámara de gran angular, un largo brazo robótico y una decena de sensores e instrumentos científicos.
El proceso de selección del lugar de aterrizaje comenzó en el año 2006 y se extendió hasta 2011. La NASA formó una Comisión de expertos que organizó congresos anuales abiertos a toda la comunidad de investigadores e ingenieros en el campo. Más de 150 científicos estuvieron involucrados en la toma de decisión.
Según los requerimientos establecidos, el lugar ideal de aterrizaje debía presentar las características de un sitio "habitable" en el presente o en el pasado, debía ser seguro para el aterrizaje, y debía permitir el funcionamiento del vehículo.
Se consideraron unos 60 lugares diferentes, todos ellos por debajo de la elevación cero sobre la superficie del planeta (lo que facilita el aterrizaje) y casi todos entre 30 grados Norte y 30 grados Sur del ecuador (para evitar temperaturas demasiado bajas). En mayo de 2011, la lista quedó reducida a cuatro finalistas.
El Valle Mawrth, y los cráteres Eberswalde, Holden y Gale reunían las características mineralógicas y geológicas que indicaban haber pasado por épocas de actividad acuosa y fueron estudiados, a partir de todas las imágenes y otros datos disponibles. (El Mundo.es)